Eres tan grande que mis palabras no alcanzarían a definir tus dimensiones.
Ahora comprendo que tu miedo y tu dolor son míos también.
Si tienes miedo seré tu cruz, tu oración, seré aquello a lo que te aferres, písame, maltrátame; siempre y cuando TU estés bien, yo lo estaré.
Si tienes enojo, descárgalo en mí. Yo te quiero tanto que tus palabras de enojo jamás podrán borrar las buenas que me has dicho.
Si sientes dolor, hazme parte de el, dámelo, pero deshazte de el.
Si sientes odio, compártelo, te aseguro que yo también siento lo mismo.
Si la soledad llega, habláme.
Si necesitas culpar a alguien, recemos.
Si llueve sobre mojado, llevare un paraguas
Si...
si...
si...
y si todos los demás "si..." llegaran... siempre estaré ahí.